*LA REFORMA A LA INDUSTRIA ELÉCTRICA Y LAS ENERGÍAS LIMPIAS.*

ALBERTO FLORES LUNA.

Huatusco en Línea

La semana pasada, el congreso de la unión aprobó la reforma a la industria eléctrica propuesta por el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, esta iniciativa tiene como objetivo fortalecer a la compañía estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), y ha sido planteada después de que la Suprema Corte de Justicia desarmara un intento de la SENER para imponer una política que favorezca a la empresa productora del Estado.

El propósito del gobierno es que las centrales hidroeléctricas de CFE despachen primero su energía al sistema eléctrico, seguidas de su central nuclear, plantas geotérmicas, de ciclos combinados y termoeléctricos, en segundo lugar de prioridad, las plantas de ciclo combinado de productores independientes de energía y en tercer orden entrarían las centrales eólicas y solares de la iniciativa privada para finalizar con los ciclos combinados privados.

Con estas medidas el presidente pretende cambiar el criterio de los costos variables a costos fijos, pues el mercado eléctrico mayorista derivado de la reforma energética del gobierno priista de Enrique Peña Nieto, no refleja los costos totales de generación de electricidad.

Con la pasada Reforma Energética que impulsó el pacto por México se promovió la entrega de permisos de generación de forma desordenada, lo que saturó las líneas de transmisión. En lo que va de esta administración ya se han cancelado la licitación de 2 redes de transmisión para desahogar los cuellos de botella en el sur y norte del país, respectivamente.

Según la iniciativa que ahora está en manos del Senado de la República, la proliferación indiscriminada de permisos constituye un grave riesgo para el funcionamiento de la red nacional de transmisión y para las redes de distribución, por lo tanto, los nuevos permisos que se entreguen deberán estar alineados con el Programa Nacional del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), que elabora la Secretaría de Energía cada año y que tienen proyecciones a 15 años.

El presidente López Obrador busca que las plantas de CFE así como las hidroeléctricas y su central nuclear, puedan emitir Certificados de Energía Limpia sin considerar el inicio de su operación comercial, pues actualmente solo pueden hacerlo centrales que arrancaron producción después del 11 de agosto de 2014 o tuvieron aumentos en su capacidad de generación.

Por otra parte, el gobierno también pretende revisar la legalidad y rentabilidad de los contratos de generación y compraventa de energía eléctrica que tiene la CFE con productores independientes de energía (PIE), pues se presume que en la administración priista se incluyó este esquema en la ley eléctrica derivada de la reforma energética, a pesar de que ya se había derogado la legislación que los sustentaba, incluyendo tarifas crecientes mientras que los precios de electricidad bajo otros modelos son considerablemente inferiores y fijos.

SOBRE LAS ENERGÍAS LIMPIAS.

¿Las personas que invirtieron en generadores fotovoltaicos deberían estar preocupadas?

A pesar de lo mucho que han bajado los precios, cubrir el costo que tienen los paneles solares, inversores y demás insumos incluyendo la mano de obra que se necesita para poder generar energía en las azoteas de manera limpia y sostenible, estos proyectos siguen representando un gran esfuerzo personal, lo que ha preocupado a más de uno al escuchar las noticias sobre la nueva reforma a la industria eléctrica.

Sin embargo, es necesario aclarar de manera contundente que la inversión en paneles solares para generar energía eléctrica de pequeña escala en casas, oficinas y otros negocios e industrias no corre ninguna clase de riesgo con esta reforma.

Para finalizar, es de considerarse que los esfuerzos que se hagan para fortalecer la soberanía energética no tienen por qué estar peleados con la transición hacia modelos de energías limpias, hoy algunos se rasgan las vestiduras asegurando que el presidente es enemigo de las energías limpias y de los acuerdos internacionales, pero se olvidan que la reforma energética del pasado sexenio a los únicos que benefició fue a algunos contratistas y no al grueso de la población.

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